Mi experiencia con autores de ciencia ficción y fantasía
de origen catalán o español es escasa; tan sólo
me he aventurado con nombres como Manuel de Pedrolo, Rafael
Marín o Jaume
Fuster. La mencionada experiencia ha sido desigual en ellos
pero con este libro me he acabado de convencer que desconozco mucho
aún de lo que se hace cerca de casa: La Locura de Dios es una magnífico ejemplo de lo que no nos tendríamos
que perder.
Juan Miguel Aguilera demuestra un estilo y una ambición
increíbles en esta novela de fantasía Histórica.
Ramon Llull es el protagonista de esta aventura. El que fue un filólogo/monje
mallorquín y uno de los primeros valedores de la literatura
catalana -con obras como El llibre de les bèsties-
es el personaje que inspira al autor para narrar la novela alrededor
suyo. Sus memorias narradas en primera persona nos llevan al periodo
de máxima expansión de la Corona de Aragón:
El asalto de los almogávares y sus capitán, Roger
de Flor, de Constantinopla y las tierras circundantes de Anatòlia
-la actual Turquía- a comienzos del siglo XIV. A partir de
aquí pero, la imaginación de Aguilera estalla y nos
sumerge en una aventura pura dónde se mezclan batallas épicas,
seres fantásticos, ciudades surgidas de la mente de Julio
Verne (de aquí viene el aire de Steam-Punk que envuelve
buena parte de la novela con la utilización de la tecnología
de vapor) y todo un abanico de posibilidades servidas en forma de
ucronia que ofrece una de las novelas más entretenidas que
he tenido el placer de leer últimamente.
Aguilera como decía antes, no se conforma en mostrarnos
un retrato al comienzo y al final de la obra de los hechos reales
que tuvieron lugar alrededor de la figura de Roger de Flor y sus
almogávares; también nos da argumentos a través
de la visión científica de Ramon Llull para enfrentar
el mundo conocido y salvaje, el mundo de la superstición
y de la brutalidad con el mundo científico y el de la razón.
Los debates internos de Ramon Llull, su dicotomía entre la
fe a Dios y la curiosidad científica son magníficos
y creo sinceramente que en este punto Aguilera ha acertado.
La prosa del autor es magnífica y las vías argumentales
de la obra están bien tratadas y bien cerradas. Quizás
haría falta recriminarle algunos esquemas repetitivos como
el hecho de hacer "dormir" a Llull siempre y cuando queremos
hacer un salto en la acción, pero no deja de ser un recurso
válido y del cual el autor se las apaña bastante bien.
También el final de la etapa fantástica de la novela
se ve algo sobredimensionada, pero todo esto no dejan de ser simples
detalles que el alma de la novela se encarga de hacer olvidar con
facilidad.
La Locura de Dios aborda los temas con respeto e interés
pese a mostrar por instantes toques fantásticos y de otros
de ciencia ficción, pero sin caer en el argumento fácil.
Todo está planeado por realzar la figura de Llull y sus inquietudes.
Aguilera enfatiza tanto la aventura y la imaginación como
el debate entre la ciencia y la religión, entre la razón
y el misticismo y da lugar a una aventura muy enriquecedora y a
la vez entretenida: El ideal de cualquier novela de fantasía
histórica.
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